En sus notables documentos el Apóstol Pablo puso de manifiesto la importancia del ministerio puesto al servicio de Jesús.
Esa preocupación provocó que se convirtieran judíos, griegos y algunas mujeres importantes de Tesalónica, lo que finalmente le valió ser expulsado de la ciudad que en su tiempo fue capital de Macedonia.
Tuvo miedo Pablo?
No podemos saber si lo tuvo o no en cuanto a la integridad de su propia persona, pero sí tenemos la certeza que su confianza en el Señor, fue superior a todas las amenazas recibidas.
La primera carta que escribió a los Tesalonicenses desde Corinto, es una fuente de enseñanzas impresionante para quienes asumimos la responsabilidad evangélica.
Pablo habló de las RAZONES que movieron a quienes permanecieron fieles en Tesalónica a pesar de las persecuciones.
Mencionó el Apóstol la obra motivada por la fe. Lo que nos debe hacer reflexionar a propósito de lo que significa demostrar con obras lo que declaramos con nuestra boca.
Destacó el trabajo motivado por el amor, razón más que suficiente para perseverar en aquello que nos ha sido encomendado y que está por encima de cualquier dificultad o penuria que debamos enfrentar.
Finalmente Pablo habló de la esperanza puesta en Cristo, en su mensaje y en sus promesas. No es poco tener esperanza en el futuro glorioso prometido por el Señor, cuando las circunstancias son más que adversas.
Pensemos en las RAZONES de Pablo para alentar a quienes eran sus discípulos. Pensemos en ellas como motivos suficientes para perseverar en el cumplimiento de la Gran Comisión.
1 Tesalonicenses 1:3
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira