Todos sabemos que los hombres somos diferentes los unos de los otros. Por miles y miles de millones que seamos no habrá nunca dos hombres iguales, tal es la Grandeza del Creador de todas las cosas.
Sabiendo esto, podemos agregar que una de las cuestiones que más contribuye a acentuar la diferencia entre los seres humanos, incuestionablemente son nuestras reacciones, tan distintas y tan complejas.
Frente a un mismo hecho podemos obrar de maneras tan diferentes, que llama la atención como podemos alcanzar niveles tan altos de posturas opuestas.
Por esta razón somos advertidos repetidamente en la Palabra de Dios, con relación a nuestra forma de comportarnos frente a situaciones que pueden agravarse, si lo que hemos hecho no es lo correcto.
Así es como podemos constatar en la Biblia, que hay hombres sabios al lado de los hombres necios y perversos frente a los de buen corazón.
Generalmente nuestras reacciones son provocadas por los pensamientos que dominan nuestra mente, que la llevan a descontrolarse, momento a partir del cual es absolutamente imprevisible todo lo que podamos hacer.
Es lo mismo que ocurre cuando somos son guiados por tentaciones incontroladas y entonces nos convertimos en seres primitivos, indignos de nuestra condición de pensantes.
El Señor nos aconseja que seamos mansos y humildes como Él predicó con su ejemplo. Capaces de haber lo bueno y de ignorar lo malo. Sabios para huir ante tentación y valientes para aceptar que sin Él somos débiles.
Proverbios 25:28
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira