Moisés advirtió a los israelitas que no subieran al lugar del que había hablado Jehová porque los amalecitas y los cananeos los herirían si no eran obedientes.
Este impresionante pasaje que relata el Libro de Números nos revela lo que nos ocurre a los hombres cuando dejamos de escuchar la Palabra de Jehová.
La desobediencia muchas veces tiene su origen en la murmuración, como ocurrió con los hombres que Moisés envió para reconocer la tierra y cuando volvieron hablaron mal de ella a la congregación.
Todos murieron menos Josué y Caleb que fueron fieles al mandamiento recibido, pero finalmente la semilla de la murmuración prendió en el ánimo del campamento.
Porque hemos pecado y para “arreglarlo”, subiremos, fue el argumento que emplearon para concretar su desobediencia a lo que les había anunciado Moisés. No temieron a los enemigos a pesar de que sabían que Jehová no estaba con ellos.
Cuántas veces nos rebelamos a lo dispuesto por el Eterno? Por qué nos empecinamos en nuestras actitudes de desafiarlo, aún sabiendo los riesgos que corremos?
Muchas veces la murmuración hace su obra y otras son las actitudes basadas en errores de apreciación, con relación a lo que hemos recibido como mandamiento.
Nunca actuemos contras las decisiones del Eterno! Nunca, porque desafiarlo nos puede llevar hasta las peores circunstancias imaginables. Incluso hasta la muerte!
Números 14:44-45
Diego Acosta García