RECONOCIMIENTO

madre
He leído con mucha alegría un pequeño mensaje que una hija le dirigía a su madre, sin ningún motivo aparente o al menos si existía no lo dejaba traslucir.

La hija le dedicaba a su madre sencillas palabras de reconocimiento por todo lo que había hecho por ella y por sus hermanos a lo largo de muchos años.

Quién escribía también era madre de niños de una cierta edad, por lo que el mensaje adquiría una relevancia muy bonita.

Una madre agradeciendo a su madre, los sacrificios y los esfuerzos, que la privaron de continuar con sus estudios como hubiera deseado.

La abuela, para que se entienda mejor el contenido del mensaje, decidió postergar todos sus afanes personales, muy legítimos por cierto, para entregar lo mejor de sí, para sacar adelante a sus hijos.

Esta historia tal vez podría una más de las tantas que seguramente ocurren generaciones tras generaciones y que con toda seguridad seguirán ocurriendo.

En este caso que me impresionó profundamente, está el reconocimiento de la hija, que en plena madurez fue capaz de comprender todo lo que su madre había hecho por ella y sus hermanos.

Este reconocimiento que tanto me llamó la atención, es el que distingue este caso, precisamente por el reconocimiento, algo que no estamos dispuestos a conceder a casi nadie.

Me detuve a pensar si en mi caso en algún momento de mi vida, tuve el gesto de pensar siquiera en agradecer algo a mis padres. Y con profunda tristeza tuve que llegar a la conclusión que no.

Honremos a nuestros padres, tanto en lo bueno como en lo malo, porque es un mandato perpetuo del Supremo.

Deuteronomio 5:16

Diego Acosta / Neide Ferreira

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