ANTIVIRUS
La declaración de una mujer de haber batido un record de relaciones sexuales, provoca una inmediata reacción de incredulidad y también de rechazo.
Es evidente que se trata de un tema menor, aparentemente, pero si lo analizamos desde la perspectiva espiritual es dolorosamente grave. El exhibicionismo mundano parece no ter límites.
En primer lugar la mujer protagonista del episodio ha expuesto su cuerpo a una desmesurada actividad, que compromete la visión de que somos mayordomos de nosotros mismos.
Es además una notoria transgresión a las normas establecidas por el Todopoderoso, para que disfrutemos de nuestros cuerpos con orden y también para procrear.
Finalmente pensamos que poco respeto debe de tener de su propia persona, al hacer notoria su promiscuidad, que muy bien podría ser llamada de otra manera.
Nos preguntamos: Hasta cuando ignoraremos a Dios desafiando sus Mandatos?
Diego Acosta