Hace siete años nacía una niña que siempre fue considerada por quienes la amamos, como un auténtico milagro de Dios. Como una Gracia para la vida de muchas personas que podemos acreditar que esa niña es un milagro.
En realidad la vida misma es un milagro maravilloso!
Pero por qué creemos que esa niña es un milagro? Sencillamente por las circunstancias personales de sus padres, que tornaban en prácticamente imposible que pudieran tener descendencia.
Lo cierto es que la niña cumple siete años. Y como Dios es bueno y misericordioso con los hombres, un tiempo después nació su hermana. Otro milagro tan grande, que consideramos la confirmación del primero.
Puede que muchas personas piensen bajo la idea de que se pueden estar exagerando las circunstancias y que nada es tan grave que la ciencia no pueda remediar. Respetando esos pensamientos podemos afirmar que quienes creemos en el Eterno también creemos en su Amor y Misericordia, por nosotros sus criaturas.
También creemos que Dios siempre hace milagros, otra cosa es que estemos dispuestos a reconocerlos como tales o a hacerlos notorios, pensando con temor en lo que se pueda pensar de nosotros.
Dios hace milagros siempre!
Frente a ellos quedan las posturas de quienes lo niegan todo, la de los escépticos que dudan sin ningún motivo en especial y la de quienes todo lo atribuyen a la ciencia. En todos los casos a causa de su incredulidad se privan de los grandiosos momentos que solo el Creador nos puede brindar.
Confiemos en que Dios siempre hace milagros. Y los seguirá haciendo! Por cierto, las niñas que testifican por los milagros de Dios son mis nietas. Gracias Padre!
Salmos 31:7
Diego Acosta
Música: Neide Ferreira