Un grupo de jóvenes exaltaba su voluntad de hacer grandes cosas por el Reino. Con alegría y entusiasmo se mostraban totalmente dispuestos a servir y trabajar.
Un hermano les preguntó: Si están pensando en el Reino, tienen que saber que las grandes cosas las hará el Señor. A nosotros nos cabe hacer las pequeñas obras para ayudar a engrandecer lo que ya es maravilloso.
Este argumento sorprendió a los jóvenes que estaban contentos con su idea de hacer grandes cosas. Pero las pequeñas…? El hermano les amplió los conceptos.
Trabajar para el Reino significa trabajar en todas las cosas para las que se precisan obreros en una Iglesia. Por ejemplo: En nuestra congregación no hacen falta personas que se comprometan con la limpieza del templo?
No hacen falta hermanos que se comprometan a ayudar en las comidas que ofrecemos a quienes lo necesitan? No hacen falta hermanos comprometidos para ayudar en la guardería y en la Escuelita dominical?
Estas preguntas los conmovieron y comenzaron a darse cuenta que servir para el Reino, no es pensar en grandes cuestiones, sino en la de todos los días y poniendo todo nuestro amor en ello.
Los jóvenes agradecieron los consejos y con el mismo entusiasmo que habían mostrado para trabajar para el Reino, decidieron ayudar en las necesidades de la Iglesia. Que es la parte más cercana del Reino!
Mateo 7:20
Diego Acosta García