Oye mi pueblo!
He dejado de levantar mi mano?
He parado mi diestra?
Oye pueblo mío, oye mi voz, llamando.
Ven a mí y beberéis agua viva, agua de la fuente que no cesa.
Proclamad, proclamad el Día del Señor que viene con fuerza y poder sobre toda la tierra.
Es hora, pueblo mío, de clamar e invocar mi nombre sobre la tierra.
1 Tesalonicenses 5:17
Orad sin cesar.
1 Tessalonicenses 5:17
Orai sem cessar.
Diego Acosta / Neide Ferreira