Paulo, el autor de la Epístola fue un hombre de una gran cultura y también de notables conocimientos de la Torá. Su padre fue fariseo y por su posición social y religiosa pudo estudiar con uno de los grandes maestros del judaísmo: Gamaliel.
De allí la importancia de su tremenda conversión.
Pablo, según los historiadores, podría haber nacido en Tarso en el mismo tiempo que Jesús lo hiciera en Belén. Como Tarso formaba parte del imperio romano, el apóstol adquirió el derecho a ser ciudadano.
La Epístola para su comprensión debe ser analizada como un documento que Pablo dirigió a una congregación que no conocía, pero que ansiaba visitar y por tanto expuso sus pensamientos en los tiempos fundacionales de la Iglesia de Cristo.
Diego Acosta