CONSIGNA: SER PRUDENTES Y ESCUDRIÑAR
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En los tiempos en que transcurre la historia de la mujer moabita, había un vacío de autoridad, en el que cada uno hacía como mejor le parecía. Israel vivía el período Bíblico entre Jueces y Reyes.
En contraste, en medio de ese clima, la vida en los campos era diferente y se cumplían las normas que Jehová dio a su pueblo,
En el Moab se registró el drama de la muerte del jefe de la familia y luego de sus dos hijos. La viuda Noemí con sus dos nueras afrontaron un futuro especialmente incierto.
Una de ellas abandonó a su suegra y la otra, decidió seguir junto a ella, declarando que solo la muerte las podría separar. Esta lealtad contrasta en los tiempos duros que se vivían.
Y también, la forma en que los dueños de las tierras cumplían con dejar que los pobres recogieran los restos que dejaban los segadores. Esta situación nos debe alentar a tener la certeza de que aún en las situaciones más extremas, siempre estará la Provisión del Eterno. En eso confió Rut.
Rut 1:16
Respondió Rut: No me ruegues que te deje, y me aparte de ti;
porque a dondequiera que tú fueres, iré yo,
y dondequiera que vivieres, viviré.
Tu pueblo será mi pueblo, y tu Dios mi Dios.
Rut 1:16
Disse, porém, Rute: Não me instes para que te deixe e me afaste de ti;
porque, aonde quer que tu fores, irei eu e,
onde quer que pousares à noite, ali pousarei eu;
o teu povo é o meu povo, o teu Deus é o meu Deus.
Diego Acosta / Neide Ferreira