Durante el tiempo que duró su permanencia en Corinto, Pablo dejó importantes enseñanzas relacionadas con la Palabra!
Pero dos de ellas que son especialmente relevantes para saber obrar con eficacia, en la hora de la adversidad, como le fue necesario hacer al Apóstol.
Supo discernir la Palabra de Jehová y en lugar de abandonar Corinto, permaneció durante un año y medio predicando el Evangelio.
A pesar de la hostilidad con la que una parte de los judíos se levantaron contra sus prédicas, permaneció fiel a lo que le ordenó el Eterno.
El procónsul de Acaya que representaba la autoridad del imperio romano, fue un instrumento del Altísimo para que Pablo prosiguiera con su labor evangelística.
Es decir, mostró plena confianza en lo que el Todopoderoso le había ordenado y no se detuvo a observar las circunstancias que eran tan adversas.
En su viaje Pablo llegó a Efeso, donde los cristianos del lugar le reclamaron que permaneciera más tiempo con ellos.
Fue en ese momento en el que el hombre nacido en Tarso, demostró una vez más su obediencia al Santo de Israel.
Cuando se le reclamó que acompañara con su presencia un tiempo más a los efesios, les advirtió que debía de continuar viaje a Jerusalén.
Y les prometió volver, condicionando esa posibilidad a la decisión del Supremo. Esta es otra grandiosa lección de Pablo.
Condicionar todos nuestros hechos, no a la decisión o al interés personal, sino a la Voluntad Suprema, que es una manera de mostrar Obediencia.
Es más importante honrar la Palabra de Dios, que honrar nuestra propia palabra!
Hechos 18:21
Diego Acosta / Neide Ferreira
