En una sociedad donde la seguridad es sinónimo de libertad personal, los hechos de Colonia están teniendo amplia repercusión.
A pesar de la moderación con la que se trata el tema, no se puede evitar la notoriedad de los sucesos que provocaron su primera víctima política.
El abandono de su cargo del Jefe de Policía de Colonia, deja en evidencia la responsabilidad que se le asigna a la repartición en los sucesos de los que cada día se conocen más detalles.
Igualmente resultan alarmantes los informes que relacionan a refugiados los hechos de agresión a las mujeres.
Los episodios de Colonia no son los únicos denunciados y que tienen repercusión en la prensa. La Canciller ha anunciado severas medidas para quienes no cumplan con las leyes del país.
De esta manera dejaba explícito el camino de la expulsión de los extranjeros que violen la normativa legal de Alemania, en una directa alusión a los refugiados que en un número que oscila en torno al millón de personas, se están convirtiendo en motivo de preocupación.
También se están conociendo condenas en firme de hombres que agredieron a mujeres, viviendo en el país como refugiados.
El gobierno y los partidos políticos están enfrentados a una situación que se trata de controlar, desde la prudencia y la mesura.
Diego Acosta