La alarma ha sido concretada por las Naciones unidas, al destacar que en marzo del año pasado los combatientes extranjeros con el extremismo islámico, alcanzaban un número aproximado de 15 mil personas.
Esa cantidad se ha elevado hasta mayo de este año a 25 mil, lo que preocupa ante el crecimiento imparable, incluyendo a miembros de países europeos.
La mayoría de esos combatientes están participando en acciones en Irak y Siria, aunque las Naciones Unidas admiten que es imposible establecer cuál es su número exacto.
Estas previsiones numéricas son efectuadas sobre la base de los informes de las autoridades de los países desde donde parten seguidores del islamismo terrorista.
Naciones Unidas revela también que el tránsito de combatientes que marchan a Irak y Siria y que luego vuelven, es muy difícil de expresar en cantidades. La razón fundamental, es que quienes regresan lo hacen tratando de no ser descubiertos para evitar ser detenidos.
Se han registrado seguidores del estado islámico, desde Francia, Bélgica, Dinamarca, Suecia, Austria, Holanda, Finlandia, Noruega. Reino Unido y Turquía.
Los otros países que aportan combatientes pertenecen al mundo árabe.
Estamos frente a una situación que exige drásticas definiciones, principalmente de los estados europeos, para garantizar su propia seguridad interna.
Diego Acosta
