SÉPTIMO MILENIO: COMO DUELE…CHARLESTON

joven

El asesinato de nueve personas en una iglesia de negros en Estados Unidos, obliga a la más extrema sensatez y al ahorro de adjetivos.
La sensatez para buscar la mesura en un momento de extrema sensibilidad y la falta de calificativos, para no caer en los peligrosos lugares comunes.
La prensa mundial se refiere a la iglesia como parte de la comunidad afroamericana de la ciudad de Carolina del Sur. Realísticamente debemos decir: Una iglesia de ciudadanos negros.
El riesgo ante situaciones como la que enfrentamos, es caer en el facilismo de tratar de diluir el significado de lo ocurrido.
Objetivamente se trata de la acción de un joven americano, seducido por las ideas de la pureza racial que obra en consecuencia.
El autor confeso de los nueve asesinatos lucía una chaqueta con banderas del apartheid en Sudáfrica y de la antigua Rodhesia, la actual Zimbabue.
El joven nació en 1994 el año en el que el apartheid fue oficialmente ilegalizado en Sudáfrica. Simbologías aparte, pudo ser un indicio de lo que estaba por venir.
Ante la evidencia de que nadie se explica las razones de un hecho de esta magnitud, quizás sea conveniente que analicemos los comportamientos de la sociedad en su conjunto.
Allí tal vez comencemos a encontrar las respuestas que nos faltan.
El racismo ha sido eliminado del corazón de la sociedad?
La tenencia de armas es una garantía contra el propio sentimiento del corazón?

Dios nos dice que no hace acepción de personas. Hacemos los humanos lo mismo?

Oremos por las familias de las víctimas!
Oremos por la auténtica igualdad!

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

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