SÉPTIMO MILENIO: CUANDO LA MÚSICA Y LA PINTURA RESCATAN LA MEMORIA PERDIDA

idosos1
Desde hace algunos años un entusiasta de la música tuvo la notable idea de proveer de teléfonos móviles a los ancianos con memoria perdida a causa de la demencia.
Un caso interesante. Una mujer de 90 años que solamente era capaz de decir: No me acuerdo, con relación a su vida pasada, al escuchar la música, pudo describir luego de un corto tiempo las canciones y los bailes a los que acudía con sus amigas cuando era joven.
Este tipo de experiencias se repitieron en distintas ciudades de Estados Unidos. Con la ayuda del Fondo Nacional para las Artes y el Instituto Nacional del Envejecimiento, se está desarrollando un programa que busca llegar a más personas con pérdida de memoria.
La entidad que administra fuertes dosis de fortísimos remedios a los ancianos, no contempla la recuperación al menos parcial, con un método que es mucho menos costoso y que permite recuperar la memoria y el buen ánimo de los pacientes.
Los casos se extienden a quienes pintan actúan y hasta escriben sobre momentos de su vida, en formato de rap, para presentar a sus compañeros de residencia.
El impulsor de la idea trata de conseguir ayudas, para que los ancianos se sientan mejor físicamente, más saludables, activos, captando su atención hacia cualquier forma de las artes, para mantenerlos predispuestos a vivir los últimos años de sus vidas de la mejor manera posible.
Médicos especialistas en personas mayores, han manifestado que los ancianos recuperan en aproximadamente un año un nivel de estabilidad que evita el declive que parece ser proverbial en estos casos.
La nueva forma de actuar ha sido denominada: Hacer arte y comprende a la música, la pintura, la danza y el relato de historias.
El Fondo Nacional para las Artes – NEA – de Estados Unidos, impulsa y apoya estas acciones con los mayores para ayudarles a tener una vida mejor.

Podríamos agregar: Si los ancianos recibieran a Jesús a través de canciones, músicas, cánticos, no solo los ayudaríamos a vivir mejor, sino también a tener la Vida Eterna. Infelizmente quienes administran la salud, niegan esta maravillosa oportunidad a los mayores.

Diego Acosta

Fuente: EngAGE – Estados Unidos

www.septimomilenio.com