Hace alrededor de 40 años en China bajo la administración de Deng Xiaoping se dictó una ley que establecía la obligatoriedad de que las familias tuvieran un solo hijo.
El propósito de esta decisión era solucionar problemas económicos, sociales y medioambientales, originados en la sobrepoblación del país.
Las consecuencias de esta ley comienzan a advertirse con el envejecimiento sostenido de la población, con la creciente amenaza que tiene este problema en la vida social y económica del país.
La suspensión de la vigencia de la ley del hijo único, se producirá muy pronto, según medios periodísticos que consideran que la situación se está tornando insostenible.
Reflexionamos a propósito de las consecuencias que tienen para los hombres, desafiar las normas que Dios ha establecido para la Humanidad.
Diego Acosta
Fuente: China Daily – China
