Así lo resolvió el Tribunal Supremo de Pakistán, que seguirá estudiando el caso de Asia Bibi, que fue denunciada por blasfemia cuando quiso beber agua de una fuente.
Otras campesinas de origen musulmán, fueron las que acusaron a la madre de cinco hijos de haber agraviado al Corán al tocar el agua con sus manos impuras.
Se abre ahora un nuevo tiempo de espera hasta que el máximo tribunal de justicia de Pakistán adopte la decisión definitiva sobre la pena de muerte decretada sobre Asia Bibi.
Se espera que las apelaciones formuladas contra la ejecución, sean aceptadas por el Tribunal Supremo.
A pesar de ello los líderes religiosos musulmanes siguen reclamando la muerte de la mujer, por cuanto ha blasfemado contra el Corán.
Diego Acosta
