Nada resulta más peligroso que sumarse a las modas o a la inercia de la sociedad, sin detenerse a analizar que es verdaderamente lo que estamos haciendo.
Halloween ha pasado a ocupar un lugar importante en el calendario de la sociedad en la que vivimos, prácticamente en cualquier latitud y en cualquier idioma.
Pocos son los que saben que esta “celebración” tiene connotaciones trágicas, ya que en la antiguedad para calmar a los espíritus de los muertos, se hacían ofrenda de los propios hijos.
Utilizamos la palabra ofrenda sabiendo perfectamente su simbolismo, pues eso es lo que se hacía con los niños, ofrendarlos a espíritus malignos para que no afectaran a sus familias.
Se podrán argumentar que son cosas del pasado, pero el simbolismo de la ofrenda de los niños sigue plenamente vigente y de hecho, en Estados Unidos hay especial protección para los menores en este día.
Recordemos que la ignorancia sobre un tema no nos exime de las consecuencias de nuestros hechos. Aceptar Halloween como una celebración para nuestros hijos, es grave por nosotros y por ellos.
Diego Acosta García