Durante alrededor de dos horas los chinos pudieron presenciar todos los preparativos relacionados con la ejecución de cuatro hombres acusados de tráfico de drogas.
La justificación para la transmisión es poner de manifiesto la voluntad de las autoridades de China de combatir el tráfico del llamado “triángulo de oro” de producción que integran Tailandia, Birmania y Laos.
La lucha contra el tráfico de drogas es una irrenunciable responsabilidad que tienen todos los gobiernos, pero convertir a la pena de muerte en un espectáculo televisivo es dar un sesgo que despierta muchas dudas.
Sorprende además las pocas reacciones que produjeron estas ejecuciones, cuando no ocurre lo mismo cada vez que se produce una en Estados Unidos, por citar los casos más flagrantes.
Una vez más la doble moral queda al descubierto, porque quitar la vida a una persona siempre será censurable haya ocurrido en el país donde haya ocurrido.

Press SM – Diego Acosta García