En estas horas se está potenciando un nuevo incidente internacional, que puede llegar a amenazar el statu quo que prevalece en el mundo a pesar de los distintos episodios que también complican la paz.
Nos referimos al anuncio del gobierno de Irán que ha amenazado con cerrar el estrecho de Ormuz, en el caso de que persistan los intentos de endurecer las sanciones económicas contra el país.
El estrecho es clave para la exportación de petróleo del Golfo Pérsico, que representa aproximadamente el 40 por ciento del total producido en el mundo.
La importancia estratégica es obvia, pero Irán persiste en sus amenazas de cerrar esta vía y para demostrar sus intenciones sus fuerzas militares realizaron un ejercicio en los últimos días.
El origen de las sanciones se centra en el programa nuclear de la república islámica, que ha recibido múltiples advertencias de los Estados Unidos y de Israel, por considerarlo hostil contra sus países.
Frente a estos cuestionamientos, Irán ha respondido con la amenaza del cierre del estrecho, por el que circula aproximadamente un tercio del transporte de petróleo del mundo.
Funcionarios de Estados Unidos consideran que es probable que Irán se decida a tomar una decisión de este tipo, pero lo haría por un tiempo limitado o muy temporalmente.
Se tiene pleno conocimiento que el país islamita está ampliando su base naval en el Golfo Pérsico, lo que le permitiría una mayor operatividad en la zona del Ormuz, que tiene alrededor de 21 kilómetros de ancho.
El carácter de temporal del cierre que vaticinan los especialistas occidentales, está basado en que Irán no podría extender por mucho tiempo esa medida sin causar graves daños a su propia economía.
Esos daños se ocasionarían por el incumplimiento de los convenios con China, que es el principal valedor internacional de Irán y especialmente en las Naciones Unidas, donde ejerce el derecho de veto en su consejo de seguridad.
El comercio con China representa para Irán alrededor del 22 por ciento de las exportaciones de petróleo, que a su vez suponen el 11 por ciento de la importación total de crudo del país asiático.
También Turquía vería afectada sus importaciones desde Irán, lo que afectaría seriamente su situación de dependencia que se eleva en el primer semestre de este año a un 5l por ciento del total de sus necesidades energéticas.
La amenaza de Irán de cerrar el estrecho de Ormuz es también incompatible con sus propias necesidades de importación de productos vitales, como son los alimentos para su población.
Estados Unidos ha anunciado que no permitirá que el Estrecho de Ormuz sea cerrado al tránsito, pues supondría una grave violación del derecho internacional.
A todo esto debe agregarse las informaciones de nuevos lanzamientos de misiles, que por su potencia podrían amenazar la integridad territorial de Israel. Este país, Israel, sigue siendo el gran objetivo de los iraníes.
El mundo asiste a nuevos desafíos de la república islámica de Irán, que pone en peligro de conflicto al mundo y en serias dificultades a su propia población. Son los rumores de guerra de los que habló el Señor Jesús? Ud. qué opina?
Diego Acosta García