Durante veinte y cinco años los gobiernos de China trataron de ocultar los sucesos de la legendaria plaza de Tiananmen en la capital del país. Hace precisamente un cuarto de siglo se perpetró una masacre contra estudiantes que reclamaban reformas.
Hay fotos que forman parte de la memoria histórica del mundo. Hay fotos que desmienten a quienes tratan de ocultar lo que evidentemente es inocultable.
Sobre la cuestión de los derechos humanos hay también otro aspecto singular. La gran mayoría de los gobiernos del mundo, omiten este tema cuando se trata de negociar cualquier acuerdo con China.
También en Occidente ocurre lo mismo, aquello que sucedió como elemento más visible de la falta de los derechos humanos, importa pero no tanto como para obstaculizar las relaciones con China.
Esta actitud favorece la intención de los mandatarios del mayor país de la tierra de ocultar a los propios chinos lo sucedido, bloqueando redes sociales y omitiendo las referencias a los episodios que tuvieron su epicentro en la plaza de Tiananmen.
En circunstancias como estas siempre es importante recordar lo que la Palabra enseña. Aunque miles de personas todavía no la conozcan ni hayan recibido por tanto la Verdad.
Lo cierto es que la Biblia dice que: Nada permanecerá oculto.
Por tanto confiamos que un día los chinos sabrán lo que ocurrió hace 25 años en la plaza de Tiananmen en Beijing y el resto del mundo hablará sin especulaciones de esos hechos.
Mientras tanto apelamos a la Memoria, para que nada se olvide a la espera que todo sea revelado!
Diego Acosta