Las ruinas están ubicadas en una elevación al oeste de Jerusalén en la ciudad fortificada de Khirbet Qeiyafa, que tiene todas las características de las llamadas ciudades-estado.
Los arqueólogos descubrieron objetos de culto que eran utilizados normalmente por los habitantes de Judea, que eran los súbditos del Rey David.
En el perímetro del palacio formado por un gran complejo fortificado de mil metros cuadrados, los investigadores encontraron vestigios de una industria de metal además de objetos religiosos, sellos, vasijas y herramientas de la época.
La ciudad descubierta es identificada con la bíblica Saaraim, mencionada en el Libro de Josué y en el Primer Libro de Samuel, donde se indica que David gobernó la región durante el siglo X antes de Cristo.
Este es el primer palacio atribuído a ese siglo que ha sido descubierto, aunque por el momento no se ha encontrado ninguna prueba física de la presencia del rey en el recinto.
El palacio habría sido destruido en el Cuarto siglo de d.C. durante el período bizantino. Formaron parte del equipo investigador miembros de la Autoridad de Antiguedades de Israel.
Fuentes: EFE – España
Press SM – Diego Acosta García – Corresponsal en Berlín