Los cultos que se celebraban con motivo del Día del Padre, terminaron en tragedia cuando fueron atacadas varias Iglesias en las ciudades de Kaduma y Zaria, en el norte del país.
Los primeros ataques se produjeron en Wusasa, en donde los terroristas islámicos atacaron a los fieles en dos oportunidades, provocando un gran número de muertos y heridos.
Fuentes de las iglesias agredidas indicaron que los muertos eran más de 40, pero la policía informó que el número de cadáveres que se habían encontrado en el lugar fue inferior a 10.
El pastor de una de las iglesias atacadas dijo que un coche azul se estrelló contra la entrada del lugar de culto, provocando la muerte de por lo menos tres personas.
Uno de los pastores de la Iglesia Aso Rock afirmó que había malestar en su corazón por la ola de violencia que está afectando a los cristianos en el norte de Nigeria, donde predominan los musulmanes.
En un episodio que refleja el aumento de la escalada de violencia, se afirma que en la Iglesia Cristo Rey, tres terroristas suicidas fueron interceptados por la policía.
Las personas que se encontraban en el lugar advirtieron que estaban por escapar por lo que se lanzaron tras ellos incendiando el vehículo en el que se encontraban.
El otro terrorista hizo detonar los explosivos que llevaba pegados a su cuerpo, provocando su muerte y la de uno de los agentes de seguridad, que estaba actuando en lugar.
Ante la gravedad de la situación el gobierno del Estado dispuso la vigencia del toque de queda, a los efectos de intentar reducir los reiterados casos de violencia que se vivieron por los ataques de los terroristas islámicos.
El Presidente Goodluck Jonathan expresó su profundo pesar por los ataques en Kaduna y Zaria, lamentando que haya personas que en lugar de usar sus talentos para impactar positivamente en el país, los están usando para perjudicar a sus conciudadanos.
Los cristianos han anunciado en varias oportunidades que no permanecerán indiferentes a los ataques de los terroristas islámicos, por lo que la violencia continúa en Nigeria.
Fuentes: The Guardian – Nigeria
Diego Acosta García