En varios países se realizan los llamados “festejos” en los que los principales protagonistas son los animales. Estos espectáculos generalmente terminan con la muerte de la especie elegida. Otros tienen crueles variantes.
En España, a una de ellas se la ha dado en llamar “el toro de la Vega” que es una brutal demostración del ingenio humano, aplicado a supuestas manifestaciones tradicionales.
No es la única y tampoco es España el único país donde se practican esta clase de espectáculos disfrazados de “tradiciones” con el irónico agregado en muchos casos de “culturales”.
Habrá quién defienda estas manifestaciones. Y habrá quienes las reprueben. Pero lo importante es reflexionar acerca de por qué entendemos que es una forma de diversión, causar la muerte, la mutilación o el castigo inútil de animales.
Diego Acosta