Cada día resulta más incomprensible la actitud de quienes defienden a los terroristas, justificando su falta de integración en los países europeos primordialmente, donde viven.
Un brutal atentado perpetrado en en un mercado de Maiduguri, capital del estado nigeriano de Born, tuvo como protagonista a una niña de 10 años captada por los terroristas musulmanes.
Si defendemos la falta de integración de las minorías religiosas, que argumentos emplearíamos para tratar de justificar o al menos entender esta brutal noticia. La instauración de una sociedad islámica, parece no tener límites.
Nigeria está siendo escenario de crueles matanzas, la última de las cuales se saldó con centenares de muertos, ejecutados por la banda terrorista musulmana Boko Haram. La población que sufrió la agresión armada también forma parte del estado de Born, donde se inmoló la niña de 10 años.
La tremenda gravedad de los hechos nos debería hacer reflexionar acerca de los niveles de tolerancia para quienes matan no solo a sus supuestos enemigos occidentales, sino también a quienes se oponen a sus designios en países africanos, como es Nigeria en estos casos.
Pensemos: Puede una niña de 10 años comprender que debe inmolarse para matar a muchas personas en un mercado lleno de compradores? Puede que el problema no sea de una niña de 10 años, sino de los padres que consintieron en su muerte y en la muerte de personas inocentes.
Diego Acosta