Asistí a una cordial reunión donde se comentaban distintas cuestiones que preocupan a los creyentes de nuestro tiempo.
Todo era muy amable, hasta que alguien preguntó: Habrá un método para ser feliz?
Desde ese momento fue como si se hubiera desencadenado una gran tempestad, porque las opiniones se fueron distanciando cada vez más.
Yo mismo, me puse a pensar en el asunto, tratando de encontrar una posición que resultara oportuna para el momento y para mi propio conocimiento.
Invocando el nombre del Señor, recordé una frase que había leído, relacionada precisamente con la forma de ser feliz.
Creí en ese momento y lo sigo creyendo, que aunque resulte un poco llamativo, puede haber un método para comenzar a lograrlo.
Se trata nada más y nada menos que PERDONAR!
En aquella tormentosa reunión, sugerí cuál era mi visión y en lugar de contribuir a calmar las aguas, se agitaron todavía más.
Esta situación me llevó a concluir que el Perdón, siempre es una cuestión que despierta grandes reacciones.
Creo que esto se puede demostrar fácilmente, a partir de la postura personal con relación al perdón. Cuando es genérico, es una cosa, pero cuando se trata de algo personal es otra.
Si alguien me tiene que pedir perdón, lo puedo aceptar con magnanimidad, que es una forma difusa de la vanidad.
Pero si tengo que pedir perdón, se me torna difícil, porque a nadie le gusta humillarse y reconocer que ha cometido un error o que ha hablado de más.
Pensemos: El comienzo para ser feliz en Jesús, es aprender a Perdonar!
1 Juan 1:9
Diego Acosta / Neide Ferreira