SOY…

Jerusalem

Una de las cuestiones que me resultan de más difícil comprensión, es la relación que tenemos los evangélicos con Israel.

Todos nos consideramos coherederos de las promesas que Jehová hizo a Su Pueblo!

Sin embargo y a pesar de esa convicción, nuestras reacciones son diversas y lo que es peor, casi todas alejadas del propio Israel.

Algunos utilizan la coartada de no caer en la condición de ser judaizantes, cosa que nadie ha reclamado que deba cumplirse.

Otros, critican las actitudes de los israelíes a lo largo del tiempo y especialmente en estos años de los que somos contemporáneos.

Nadie, ni el propio Dios ha considerado perfectos a quienes forman parte de su Pueblo, por lo que esta afirmación pretende esconder el propósito de no aparecer como alineados con Israel.

También están quienes tienen actitudes que se sintetizan con las dos fórmulas enunciadas, teniendo en común la reticencia a aparecer públicamente al lado de Israel.

Me sorprenden estas actitudes que una vez más demuestran la alta hipocresía de los hombres, con relación a las cuestiones de Dios.

Resulta evidente que si me declaro como coheredero de las promesas del Eterno a Israel, no tengo razones para negarlo, a menos que me importen más los pensamientos del mundo.

Estoy convencido que cada día nos acercamos a los tiempos finales, que definió Jesús. Y cada día se nos exigirá más compromiso con Israel.

A menos que vivamos en la tibieza de permanecer indefinidos, esperando no tener que afrontar los duros tiempos que vendrán.

Pero, la tibieza tendrá su castigo!

Gálatas 3:29

Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois,

y herederos según la promesa.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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