DIOS DE VIDA

CONGREGACIÓN

SÉPTIMO MILENIO

En estos días en los que muchos pueden llegar a dudar de Dios o a criticarlo por haber permitido el horror de la masacre de España, es importante reflexionar.

Es necesario obrar con serenidad, sin caer en la ofuscación de la justicia por mano propia, ni por hacer responsable al Eterno de lo ocurrido.

No es este el camino.

Quienes se valen del terrorismo como instrumento para demostrar el valor de sus ideas o de sus creencias, solo están demostrando lo contrario.

Qué valor pueden tener ideas o creencias que precisan del asesinato premeditado?

Incluso con la práctica de la muerte ciega y alevosa, que puede llegar a afectar hasta a quienes piensan o creen igual que los criminales.

Dios puede ser responsable de semejante barbarie asesina?

Si observamos sus mandamientos, hay uno que es perfectamente aplicable a la situación: No Matarás…y menos en mi Santo nombre.

Entonces por qué con deliberada mala intención se acusa al Eterno de las muertes de inocentes?

Quienes niegan su existencia, se rebelan contra ÉL o conociéndolo reniegan de su Majestad, encuentran en estas muertes tan dolorosas argumentos para clamar por su falta de Amor.

Hablan así de Dios, precisamente ÉL que es AMOR.

Estos torpes razonamientos ocultan que las muertes del terrorismo se producen bajo el nombre de otro dios, como un homenaje a su condición de tal.

Se oculta deliberadamente que todas las muertes que provocan los musulmanes se consagran a un determinado dios.

No indica esto que ese dios, es un dios de muerte?

Nuestro Dios nunca justificará un asesinato, porque está en contra de sus mandamientos. Y mucho menos aceptaría que se los ejecutaran en su Nombre.

Es importante reflexionar sobre todo lo que escuchamos, lo que se nos presenta como una semiverdad o lisa y llanamente como una mentira.

La única Verdad es que nuestro Dios es un DIOS DE AMOR!

ÉL en la hora de la angustia ante las pérdidas irreparables, es el que puede darnos el Consuelo sobrenatural y la certeza que Su Justicia obrará contra los criminales y sus inspiradores.

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

AMADO EGO!

Creo no equivocarme al creer que más de uno, podrá pensar que esta frase: Yo…me amo, tiene una alta dosis de exageración.

Respetando con convicción la discrepancia me animo a insistir, con el argumento de que debemos mirar lo que hacemos todos los días para analizar esta idea.

La práctica del culto a nuestra propia persona, nos puede llevar a extremos inimaginables, aunque en el ambiente cotidiano en el que actuemos, nos pueda parecer absolutamente normal.

Amarse a uno mismo es una forma superior de lo que llamamos egolatría, con lo cual estamos exaltando al hombre como a un ser superior.

Esto es exactamente lo que pretende la sociedad!

Exactamente lo que nos sugiere la impiadosa forma de vivir que se nos asegura es la mejor para el hombre, porque podemos competir los unos contra los otros sin limitaciones de ningún tipo.

Los unos contra los otros y con el arma ideal para hacerlo que es la egolatría!

Frente a esto me pregunto: Alguna vez pensó un ególatra que precisaría del prójimo?

Alguna vez se imaginó pidiendo misericordia?

Seguramente no, es la dolorosa respuesta!

Si el ególatra o la ególatra solo piensan en ellos, difícilmente podrán plantearse que la vida nos puede enfrentar a situaciones tan difíciles como inesperadas.

Y entonces llegará el drama: Se encontrarán que el Dios de Amor envió su Hijo al mundo, no para consolar a los ególatras, sino a los necesitados, a los débiles, a los menos apreciados.

Cada vez que advierto que puedo decir: Yo me amo, pienso en Jesús y hago Memoria de sus enseñanzas.

Mateo 27:39

PT  E Jesus disse-lhe: Amarás o Senhor, teu Deus, de todo o teu coração, e de toda a

tua alma, e de todo o teu pensamento. Este é o primeiro e grande mandamento. E o

segundo, semelhante a este, é: Amarás o teu próximo como a ti mesmo.

ES – Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y

con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es

semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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