LA ESPERANZA…!
Hay quienes niegan que debamos tener esperanza!
Tal vez porque alientan a los hombres a vivir de acuerdo a su propia capacidad y a ser los artífices de los hechos que formarán parte de su paso por la tierra.
Si nos preguntamos: Debemos o no debemos de tener esperanza, la respuesta es rotundamente afirmativa. Debemos tener esperanza!
Solamente que de una manera completamente distinta a quienes exaltan al hombre por el hombre mismo. La esperanza nos debe conducir a la Majestad del Soberano!
Es la que nunca nos desilusionará, la que nunca nos hará sentir infantiles, ni tampoco amantes de las fantasías o las ilusiones.
En mis primeros tiempos de creyente, cuando aún precisaba los alimentos de los niños, pensaba que la esperanza no era propia de quiénes éramos seguidores de Jesús.
Era porque no conocía su verdadera dimensión y la comparaba con mis anteriores formas de concebir la esperanza.
No sabía que se fundamentaba precisamente en el Hijo del Hombre, en las promesas del Padre y en el total cumplimiento de todas las que se hicieron en el pasado y se formularon para el futuro.
No tiene más esperanza el que mente llena su mente de fantasías, ni el que se adjudica grandes hechos. Todo lo contrario, se alejan cada día más de lo verdadero.
Si nuestra esperanza está depositada en la Vida Eterna y en la certeza de la venida de Jesús como Rey de Reyes, NUNCA seremos defraudados.
Creer en eso es absolutamente legítimo y habla de nuestra confianza en el Hijo de Dios. Tengamos viva la buena esperanza!
Salmo 146:5
PT – Bem-aventurado aquele que tem o Deus de Jacó por seu auxílio
e cuja esperança está posta no Senhor, seu Deus.
ES – Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,
cuya esperanza está en Jehová su Dios.
Diego Acosta / Neide Ferreira