CONGREGACIÓN
SÉPTIMO MILENIO
Cuando oímos la frase “Renunciar a sí mismo por amor a los demás”, se nos riza hasta los pelos de las cejas. ¿Cómo voy a abandonarme a mí por los demás? YO tengo que amarme a MÍ mismo primero para entonces poder amar a los otros. ¡¡¡ERROR!!!
¿Dónde está en la Biblia que tienes que amar a ti mismo primero? Tienes que amar a tu prójimo como a ti mismo, y no amarte a ti mismo como a tu prójimo.
Charlando con mi hermana mayor, me ha comentado que van a abrir una mezquita en un templo evangélico en Alemania. Eso es más que chocante. ¡Es de llorar!
¿Adónde estoy viviendo que no estoy ocupando mi lugar en la iglesia? Y no me refiero a la iglesia edificio-hecho-de-ladrillo, digo la iglesia templo del Espíritu Santo, es decir, yo mismo.
¿Cómo puedo vivir fuera de aquello para lo cual he sido creado?
¿Quién está ocupando “ese tabernáculo” por el que Jesús murió en la cruz?
¿Qué música suena dentro de él/en su alma?
¿Qué palabras se oyen saliendo por su puerta/boca?
¿Qué luz sale por sus ventanas/ojos?
¿Qué brillo refleja sus paredes/cuerpo?
¿Quién está vigilando su puerta/corazón?
¿Quién se encarga de su dirección/mente?
¿Qué alimento se está preparando en su cocina/interior?
Amados, NOSOTROS SOMOS LA IGLESIA y tenemos que vivir como tal. Contagiar y atraer a los que se acercan.
Pero no “atraemos ni involucramos” a nadie porque, ¿qué ven cuando nos miran?
Resentimiento, dolor, insatisfacción, frustración, envidia, tristeza, miedo… – la lista puede ser enorme – una iglesia sucia, apagada, sin vida.
Jesús dijo: He venido a traer vida y vida en abundancia. He venido para sanar, curar, libertar, rescatar lo que se había perdido.
¡SALGA DE SU ZONA DE CONFORT!
¡OYE LA VOZ DEL ESPÍRITU SANTO!
Deje tus deseos de un lado, quiera a Dios, ame a Dios, desee a Dios, respire a Dios – viva en la Trinidad – Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Hoy es el día de limpiar ese tabernáculo y dejar que el “Propietario” le cuide.
Sea usted la Iglesia que contagia, que atrae, que alimenta, que comparte vida y esperanza, sea LLENO DEL ESPÍRITU SANTO, busque sin interés propio ese amor, esa vida. Ame a Dios porque Él es Dios, y no por lo que Él pueda dar u ofrecer.
¡Viva y comparta vida en abundancia!
Elié Ferreira
www.septimomilenio.com