Es importante preguntarse: En qué mundo deseamos vivir? En qué mundo debemos vivir?

Dos cuestiones muy concretas que tienen respuestas directas y a las que no nos podemos negar!

Declarándome cristiano, vivo sin embargo en la más completa armonía con lo mundano. Es decir a pesar de creer en Jesús…vivo como el mundo.

Por qué?

Porque me gusta, porque me atraen sus promesas, sus atractivos, sus deleites, su forma de entender la libertad, su falta de límites.

Que sería lo opuesto?

Vivir en un mundo espiritual, a pesar de que debemos participar diariamente de los hechos del mundo, no los debemos aceptar como buenos, porque sabemos que son malos.

Curiosamente esta lucha entre lo mundano y lo espiritual, es la que no nos permite gozar ni de lo uno ni de lo otro, porque en realidad de esta manera estamos sirviendo a dos amos.

A veces he pensado que he logrado romper con esta doble vida, pero la realidad me demuestra que cuando lo estoy consiguiendo, nuevamente caigo en la seducción del vive como quieras…

Esta situación la he mantenido durante un tiempo, pero llegó un día en el que debí afrontar los hechos tal y como son.

Y cuando ocurrió esto?

Cuando el ocaso estuvo más cercano, cuando mi vitalidad dejó de ser la de antes, cuando mi cuerpo comenzó a mostrar los efectos de los años.

Fue entonces cuando advertí que no hay opciones, sino una sola actitud a tomar. Debo vivir en el mundo, pero siguiendo a Jesús, con fidelidad y obrando como ÉL!

Mateo 6:33

ES –  Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,

         y todas estas cosas os serán añadidas.

PT – Mas buscai primeiro o Reino de Deus, e a sua justiça,

        e todas essas coisas vos serão acrescentadas.

Diego Acosta / Neide Ferreira