profe

SOY PROFETA?

profe

Esta es una pregunta que más de una vez me he formulado, cuando advierto que hay personas que se presentan como tales.

En el Antiguo Testamento esta cuestión queda zanjada con rotundidad. Es Jehová quién elige a los hombres a través de los cuáles dejará sus mensajes.

La decisión es de Jehová!

Por esta razón cuando Jesús se dirigió a los judíos hizo mención a los profetas, porque ellos podían comprender lo que les estaba diciendo.

Pero fue a partir de Jesús, cuando todo cambió con relación a las profecías y a los profetas.

Luego del Primer Advenimiento, el Hijo del Hombre nos anunció que nos dejaría el Espíritu Santo, a través del cual recibiríamos Poder.  

Pedro cuando dirigió su primer mensaje a los israelitas también les anunció que recibirían Poder, tal y como el profeta Joel expresó al Pueblo de Israel 400 o 500 años antes de Cristo.

En el Nuevo Testamento no se habla de profetas. Se habla de hombres y mujeres que serán instrumentos para recibir profecías para edificar a las congregaciones a las que pertenecen.

Entonces: Soy profeta?

Respuesta: es un No rotundo.

Puedo ser profeta?

Respuesta es un SÍ  rotundo.

Resulta contradictoria esta negación y esta afirmación?

De ninguna manera. Nadie puede decir que es un profeta que habla en nombre del Señor. Pero cada uno de nosotros, hombre o mujer, SÍ puede ser un instrumento para expresar una revelación profética.

Las cuestiones de Dios están relacionadas con su Majestad, ante las que debemos obrar con temor y temblor.

Seré profeta en el momento y la circunstancia que el Supremo determine. O no lo seré!

Joel 2:28

Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne,

y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas;

vuestros ancianos soñarán sueños,

y vuestros jóvenes verán visiones.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com

litur

QUE IGLESIA…? – II

litur

Dios se hizo Hombre para iniciar un nuevo tiempo para la Humanidad.

Para cumplir la ley y para hacer que los hombres podamos ser libres a través de la Verdad!

Razones por las que se opuso a los saduceos y a los fariseos, que imponían normas y preceptos, que ni ellos mismos eran capaces de cumplir.

Por tanto la Iglesia de Cristo nació Libre!

Sin ninguna clase de atadura, con la certeza de que el Hijo del Hombre se haría presente cuando dos o tres se reunieran en su nombre.

Estas cuestiones nos deberían hacer reflexionar acerca de una Verdad incontestable: Jesús no estableció ninguna liturgia para su Iglesia!

Los hombres y mujeres que nos declaramos  continuadores de su Discipulado, somos libres para organizarnos, reunirnos y celebrar los cultos.

Por condición de ser templos del Espíritu Santo, cada uno de nosotros, somos Iglesia en cuanto dos o tres nos reunamos en el Nombre sobre todo Nombre.

Si esto es así, por qué hemos creado una liturgia para los cultos?

No debe ser el Espíritu quién nos Guíe?

Nos debe ser el Espíritu quién nos lleve a la Adoración, a la Oración, a la Profecía, a los Milagros, al Mensaje inspirado?

Como justificamos la liturgia que somete al propio Espíritu a normas, a tiempos, a formas, tan rígidos como los condenados por el propio Jesucristo?

Es hora de reflexionar!

Es hora de sacudirnos las ataduras impuestas hombres y ser Libres en Cristo!

Si leyéramos con atención y sin intereses secundarios, la Palabra de Dios, podríamos concluir que estamos frente a un mandato. No frente a una opción!

Mateo 18:20

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre,

allí estoy yo en medio de ellos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

www.septimomilenio.com