LA OTRA HISTORIA
Puede que existan varias razones para hacerlo, pero básicamente el día elegido fue por disposición del papa Liberio en el año 354.
Fue él quien dispuso que la iglesia católica romana y sus seguidores celebraran ese día el Nacimiento de Jesús.
La intención más probable, fue la de cristianizar las fiestas paganas que estaban relacionadas con el 21 y 25 de diciembre.
Las del 21 corresponden al del solsticio del invierno, al ser el día más corto del año o si se quiere, la noche más larga del año.
En el imperio romano se celebraba el 25 como el día del dios Apolo, en Grecia era el día consagrado al dios Helios. Pero donde más trascendencia tenía era entre los romanos, que celebraban las llamadas Saturnalias.
El emperador Julio César al establecer el nuevo calendario en el año 45 a.C. determinó que en el calendario Gregoriano, el nacimiento de Jesús coincidiera con el 25 de diciembre.
También el día 25 era para los romanos, el día del nacimiento del Sol Invicto.
Los pueblos escandinavos celebraban el día 26 de diciembre el día del dios Frey, que también recordaban los germanos.
Lo cierto es que podemos llegar a un argumento final sobre el tema. Si el Inspirador de la Biblia hubiera considerado importante que los hombres conociéramos la fecha exacta del nacimiento de su Hijo hecho Hombre, lo sabríamos. Por lo tanto al no haber sido determinado de forma fehaciente en la Biblia, es porque el día preciso, es un tema menor frente a la Grandiosidad de su significado.
Diego Acosta
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