SOMBRÍO
En los momentos en lo que todo parece tenebroso, es bueno recordar que cada uno de nosotros debe ser luz, porque confiamos y creemos en la Luz del mundo.
Este pensamiento me resulta familiar, porque recurro a él cada vez que me encuentro preocupado por mis problemas personales.
Y también cuando me preocupo por lo que ocurre en el mundo. A veces todo resulta desolador, incomprensible, con hechos que demuestran que la maldad cada vez es más grande.
Es entonces cuando recuerdo que el Hijo del Hombre es la Luz del mundo y nada de lo que ocurra puede afectar lo que ÉL ilumine.
Si vemos algo que nos parece sombrío, no dudemos en pensar que por muy siniestro que sea, el Poder de Jesús le devolverá la claridad.
Juan 8:12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
João 8:12
Falou-lhes, pois, Jesus outra vez, dizendo: Eu sou a luz do mundo;
quem me segue não andará em trevas, mas terá a luz da vida.
Diego Acosta / Neide Ferreira