Tienes hambre? Esta pregunta tan realista, también puede ser formulada en sentido figurado y el concepto cambia de dimensión.
Una persona que tiene hambre lo primero que debe recibir del prójimo, es el alimento que la sustente, que le renueve las fuerzas a su cuerpo.
Esto es esencial para la vida!
También hay quienes tienen hambre…sin saberlo!
Es una clase de hambre que no se mitiga ni soluciona con alimentos, porque es la sensación que se inicia en el vacío interior.
Cumpliendo una ley física, el vacío siempre será ocupado por algo. Esto no significa que lo que ocupó el vacío sea lo mejor ni siquiera lo más conveniente.
Por lo que la sensación de vacío se vuelve a sentir con más intensidad y lo que es peor, como una necesidad insatisfecha a pesar de haber sido ocupado.
Esta reflexión acerca del hambre físico, puede trasladarse perfectamente al hambre espiritual!
Lo afirmo porque lo he comprobado durante muchos años de mi vida, en los que busqué y no hallé. Pero a pesar de eso seguí perseverando en buscar lo que necesitaba.
Así fue como Jesús entró en mi vida…para saciar el hambre espiritual que tenía!
Puede que para muchos resulte casi infantil esta manera de referirme al conocimiento que tuve del Señor, pero es así como ocurrió.
No hizo falta que hubiera grandes anuncios, ni grandes manifestaciones estelares. Fue todo tan sencillo, como es el gesto de brindarle alimento a quién lo necesita.
No lo olvidemos. Hablemos de Jesús al prójimo ahora mismo, porque puede ser que tenga hambre y ni el mismo lo sepa.
Juan 6:35
ES – Jesús les dijo: Yo soy el Pan de Vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre;
y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
PT – E Jesus lhes disse: Eu sou o Pão da Vida; aquele que vem a mim não terá fome;
e quem crê em mim nunca terá sede.
Diego Acosta / Neide Ferreira