UNA FRASE PELIGROSA (I)

Todos los días escuchamos o leemos frases que son francamente ingeniosas o reveladoras de cómo son los actitudes de las personas en el mundo en el que vivimos.

Una de ellas es esta: Si las personas que hablan mal de mí supiesen lo que pienso de ellas, hablarían mucho más. Sin la menor duda es una frase interesante.

Pero que enseñanzas nos puede dejar? En realidad ninguna que sea edificante, porque todo el argumento se basa en la afirmación de que una persona habla mal de otras.

Desde la perspectiva espiritual esta frase tiene el peligro de ser muy atractiva, pero desvirtúa la enseñanza que recibimos acerca de la maledicencia.

Debemos recordar que con nuestra boca podemos dar vida o podemos dar muerte., Aunque nos parezca una exageración esto es lo que ocurre cuando maldecimos o hablamos mal de alguien, es decir practicamos la maledicencia.

Cuando en la Palabra de Dios se nos reclama que escudriñemos constantemente para poder distinguir el bien y el mal, se nos está advirtiendo acerca de estas frases.

No nos dejemos engañar por los contenidos ingeniosos o afortunados, porque no siempre son espiritualmente buenos y generalmente se oponen a la Verdad.

Números 23:8
Diego Acosta García

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