Cuál es nuestra misión con relación a nuestra familia?
Estar atentos siempre a todo lo que les ocurra!
Esto que pareciera algo más que obvio, sin embargo no lo es tanto porque con excesiva frecuencia nos olvidamos lo fundamental que resulta este cuidado.
No basta con que nos preocupemos con lo que ocurre en el día a día, también es necesario que tengamos siempre el recurso de la Oración en máximo estado de alerta.
Siempre!
Aunque pareciera que es lo mismo, hay una gran diferencia entre preocuparnos y orar por lo que pueda estar ocurriendo.
Las preocupaciones llevan a compartir los malos momentos y pueden derivar en auténticos estados de angustia.
La Oración nos coloca en un plano superior donde no hay lugar ni a las emociones ni a los sentimientos, generalmente orígenes de la acentuación de los problemas.
Si permitimos que la emotividad nos domine, perderemos la perspectiva de lo que significa la comprensión del Poder que tiene la Oración.
La preocupación es legítima, pero no lo es menos que la necesidad de estar orando constantemente para que el Poder del Soberano se manifieste sobre la vida de nuestros amados.
Esto vino a mí ánimo cuando advertí que en lugar de orar me preocupaba por la situación de uno de mis amados, de uno de mis familiares más queridos.
Recordé que la preocupación nunca solucionará las situaciones, por grande que sea incluso hasta nuestra angustia.
En cambio la Oración puede determinar un cambio en momentos difíciles, ante circunstancias muy graves.
El Poder de la Oración siempre será nuestra arma para derrotar al enemigo de la preocupación.
Mateo 24:43
Diego Acosta / Neide Ferreira