Como en absoluto creo en la casualidad, no dejó de conmoverme como en el término de unos pocos minutos pude ver imágenes de agresiones de un hombre a una mujer y también de una mujer a un hombre.
El impacto que produce estas formas de maltrato es tremendo, porque ponen en evidencia no solo los sentimientos sino también lo que parece ser la falta de límites entre los seres de la especie.
Ver las agresiones produce dolor y muy en el fondo, nos coloca ante la alternativa de pensar que hemos hecho, que hemos podido hacer para evitarlo.
Es verdad que si un hecho de violencia ocurre en una ciudad lejana de la mía, poco o nada puedo hacer. Pero la cuestión es preguntarse: Que hago para evitar los episodios latentes que están a mi alrededor?
Esta clase de violencia es una grave advertencia a toda la sociedad!
Si bien no somos responsables directos en cada episodio, si lo somos como miembros de una sociedad que alienta la disolución, es complaciente con toda forma de odio y en cierta forma, es displicente con la violencia.
En una de las agresiones mientras un hombre golpeaba brutalmente a una mujer en plena calle, absolutamente nadie intervino. Y había fácilmente más de cien personas.
No es esa una manifestación de falta de compromiso con la sociedad y con nosotros mismos?
Si fuimos capaces de soportar la violencia entre dos seres humanos, que seremos capaces de soportar en el futuro?
El compromiso con Dios, lo debemos demostrar en cada actitud, por difícil que sea ponerla en práctica!
Romanos 12:9
Diego Acosta / Neide Ferreira