VOLVER A LA NIÑEZ

Nunca dejará de sorprendernos el cambio de actitud que significa volver a ser niños, volver a ser pequeños y tener la capacidad de aprender de quienes tienen pocos años.

Es así como Jesús quiere que seamos, porque únicamente así seremos capaces de tener la aptitud de recibir enseñanzas, de no ser vanidosos de nuestros hechos ni de nuestra sabiduría.

Ser como niños nos guarda de todos los condicionantes que tenemos como adultos, de todas aquellas cosas que arrastramos de nuestro pasado y que tanto nos gustan y que tanto nos atan.

Volver a la niñez espiritual es lo que se nos reclama para que podamos sentirnos humildes ante quién nos creó y no adoptar posturas que los hombres creemos que son las mejores.

Siendo niños no nos atreveremos a desafiar a Dios ni a renegar de sus mandatos y siendo como niños nos comportaremos con respeto y también con el amor que solo los pequeños pueden dar.

La niñez es un tiempo precioso que se inicia en el momento mismo en que aceptamos a Jesús como nuestro Salvador y nos transformamos en hombres nuevos y en mujeres nuevas.

No dejemos que nuestros aires de superioridad, nos priven de iniciar el camino hacia la perfección. Se nos reclama que seamos como niños, no que nos comportemos como niños. Esa es la gran diferencia.

Mateo 11:25

Diego Acosta García

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