ANTIVIRUS
Un anuncio publicitario revela que muy pronto podremos escuchar la voz de nuestros seres queridos fallecidos, a través de un dispositivo electrónico.
Este dramático anticipo pone en evidencia varias cuestiones. Una la desmesurada búsqueda de alternativas comerciales, para vender productos.
Otra revitaliza una vieja cuestión relacionada con los muertos, porque hay quienes tienen por el pasado una macabra atracción. Y escuchar la voz de alguien fallecido, la refuerza.
Superado el estupor que produce esta clase de situaciones, es necesario pensar hacia donde esta yendo el mundo y a qué oscuros intereses estamos siendo sometidos.
Es hora de reaccionar con decisión y recordar que Dios nuestro Creador, prohibió de manera expresa cualquier forma de relación con los muertos.
Diego Acosta