APRENDER Y APRENDER

DEVOCIONAL

En mis primeros tiempos de creyente, un maestro comentó que lo mejor que podíamos hacer quienes nos habíamos convertido en seguidores del Señor, era estudiar constantemente.

Confieso que me quedé bastante sorprendido pues no me esperaba este tipo de consejos, ya que en el fondo pensaba que se me diría algo más grandilocuente, más espectacular y no algo tan sencillo y esencial.

Como es de suponer finalmente entendí la profundidad de aquello que había escuchado y la necesidad que sigo teniendo de profundizar más y más en la Palabra de Dios.

Con el entusiasmo que tengo por las cosas del Eterno, cada día comprendo algo muy concreto: El estudio me sirve para saber… cuánto ignoro!

Y esto, aunque pueda parecer contradictorio es muy bueno, porque me ayuda a luchar contra la vanidad natural de todo ser humano.

Y también me ayuda a no declinar en el esfuerzo, porque el único propósito de saber cada día más, es para poder  dar por gracia, lo que me fue dado por Gracia!

Salmo 119:73

ES – Tus manos me hicieron y me formaron;

hazme entender,

y aprenderé tus mandamientos.

PT –  As tuas mãos me fizeram e me afeiçoaram;

dá-me inteligência

para que aprenda os teus mandamentos.

Diego Acosta / Neide Ferreira

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