CONGREGACIÓN del SÉPTIMO MILENIO

CELOS Y ENVIDIASlourdes

¿Hay algún cristiano que sea capaz de reconocer que siente celos o envidia de otro hermano en la fe? No es válida la clásica expresión de “yo siento envidia santa, o celos santos” seamos sinceros.
Hagamos examen de conciencia. ¿Cuántas veces he pensado: a tal o a cual hermano todo le sale bien o como ha prosperado tal hermana en el ministerio? ¿Cuántas veces has dicho que el pastor siempre escoge a los mismos para hacer evangelismo? Podría poner muchos ejemplos, pero lo voy a dejar en esos dos, dejo a vuestra imaginación poner otros ejemplos. Lo cierto es que hay envidias, celos, hay baja autoestima en nuestros corazones y eso provoca que haya quejas y que no demos el cien por cien de lo que podríamos dar en el servicio a Dios.
Pensando en esto me acordé de Jesús y de los apóstoles. Me pregunte ¿sentirían celos entre ellos? No encuentro ninguna alusión directa a esto en la Palabra, por lo menos no lo percibo. Puede ser que la madre de aquellos dos discípulos que pidió un lugar a la derecha y otro a la izquierda de Jesús para sus hijos, sintiera celos de que otros pudieran estar más cerca de Jesús que ellos, Mt 20: 20 y 21. Incluso ellos mismos se lo pidieron Mr 10 35 al 37, aunque quizás solo haya sido el deseo de estar siempre a su lado.
Creo que no se celaron porque Jesús había escogido para ser apóstol primero a Andrés, ni cuando un discípulo con el apodo del “amado” se sentaba y recostaba su cabeza en su hombro. No se celaron porque le dijo a Pedro la frase de “sobre ésta roca edificaré mi iglesia”, no hubo celos cuando decidió retirarse para orar con Pedro, Santiago y Juan.
¿Por qué dentro de las congregaciones hay tantos celos, tantas contiendas por causa de las envidias entre hermanos, por qué tantas quejas? El pastor contó con tal hermano y a mí no me dijo nada… ¿Por qué estuvieron hablando y haciendo un proyecto y no contaron conmigo?..todos debemos saberlo todo. Este hermano siempre se reúne con el pastor en su casa y a mí nunca me ha invitado… y por último la tan traída y llevada frases “ Dios no hace acepción de personas”.
He puesto algunos ejemplos, pero hay tantos ¿verdad? Es cierto que Dios no hace acepción de personas, pero no todos somos iguales para Dios, cada uno de nosotros somos especiales para Dios. Su trato es personal con cada uno de nosotros, no hay unos mejores que otros, pero si unos diferentes a los otros. Nuestra relación es única con Dios, no nos fijemos en lo que hacen o no hacen otros, no importa, lo realmente importante es que Dios te ama y cuenta contigo.
No dejes que tus celos y envidias sean un impedimento para el crecimiento de la obra de Dios en tu vida, y en la vida de otros. Disfruta de tu relación con Dios es única.

Lourdes Díaz – España

www.septimomilenio.com

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