CONGREGACIÓN SÉPTIMO MILENIO

LA DEPRESIÓN

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Con notable facilidad afirmamos que hay cuestiones que son propias del tiempo en que vivimos, ignorando deliberadamente lo que ocurrió en el pasado.
Ignorando por no desear recordar o ignorando, directamente por no saber de hechos ocurridos en la historia lejana.
Una de las cuestiones que ignoramos es la de los estados de ánimo relacionados con la depresión. Pensamos que se trata de un mal de la sociedad de la que formamos parte.
Sin embargo la depresión registra su presencia de manera cierta y concreta en la vida de personas que existieron hace centenares de años.
Por tanto es posible tratar de aproximarnos a lo que significa la depresión y sus causas. Y también y esto es lo verdaderamente importante, aportar elementos para ayudar a quienes se encuentran en esa situación.
Un caso notable es el del profeta Jeremías, a quién le tocó obrar en nombre de Jehová en tiempos muy difíciles para el reino de Judá, incluso hasta más allá de la caída de Jerusalén por las fuerzas de Babilonia.
El hombre a quién Jehová eligió para que hablara a su pueblo, llegó a maldecir el día en el que nació, para luego ver su vida bajo el signo de la afrenta.
Que lleva a un hombre a semejante estado de ánimo?
Tal vez el no haber sido capaz de soportar las condiciones a la que lo sometían sus semejantes, principalmente a causa de los anuncios que Jehová le encomendaba.
La depresión de Jeremías se parece a la de muchos hombres y mujeres que no son capaces de soportar la presión de la sociedad en la que viven.
Es nuevo que alguien sufra afrenta y escarnio? No, pero la capacidad de soportarlos, sigue siendo tan difícil como lo era en los tiempos del profeta.
Como afrontó la situación Jeremías: Recordando quién lo había enviado y cuál era la misión que tenía que cumplir, sabiendo que había un propósito para su vida.
La soledad ante la crueldad de la sociedad, puede superarse si verdaderamente entendemos que nuestra vida no solo consiste en lamentar nuestros problemas, sino en ayudar a otros que también los están sufriendo.
Así como Jeremías recordó que él hablaba en nombre de Jehová, debemos buscar siempre al Eterno para que nos auxilie y nos fortalezca en la hora de la adversidad.
La depresión es un mal del hombre, que no es capaz de superar sus propias limitaciones nacidas en el egoísmo del corazón!
Si dejamos de mirarnos con lástima, podremos ver que hay a nuestro alrededor, quién puede recibir nuestra ayuda, aunque todavía estemos llorando!

Diego Acosta

www.septimomilenio.com

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