CONGREGACIÓN SÉPTIMO MILENIO

lourdes

¿POR QUÉ TU CORAZÓN ESTÁ TAN LIMPIO?

Un día vino una familia a mi casa y durante la visita la niña pequeña que había entrado varias veces al cuarto de baño me dijo: Lourdes ¿tu baño porqué está tan limpio? Os confieso que en ese momento no supe que contestar, es más me sentí azorada. Entonces su abuelo dijo: Es que así es como tienen que estar los baños, eso es lo normal. Tú eres quién vives en medio de mucho desorden. He de aclarar que el abuelo no es cristiano, por lo menos reconocido.

Meditando en ésta situación me di cuenta de que eso nos pasa muchas veces a los cristianos. Hay veces que nuestra forma de vivir, la fidelidad, no mentir, no robar a la empresa de las horas de trabajo, no calumniar, no ser chismosos, provoca que venga otro cristiano y te diga “eres demasiado espiritual” o “tampoco hay que ser tan tiquismiquis” y no sepas que contestar, incluso te llegas a sentir aturdido-da  por el comentario.

He de decirte que lo normal es el orden y eso es lo que tienen que ver los que nos observan porque forma parte del  cambio que Dios ha hecho. Vivir en desorden dice muy poco de una persona que tuvo un encuentro personal con Jesús, de alguien genuino. Y lo verdaderamente asombroso es que aquellos que no se tienen por cristianos saben reconocerlo mucho mejor que los que van proclamando a bombo y platillo que son cristianos.

Cuando alguien te acuse de llevar una vida ordenada o de ser demasiado espiritual, recuérdale que lo que te distingue del resto es que vives como Dios pide de ti, que Dios a través de su palabra ordena tu camino, tu casa, tu vida, tu forma de ser, de comportarte. Porque cuando estabas desordenado-da y vacio, Dios vino a poner orden y eso es lo normal.

No podemos decir que somos cristianos y con nuestra forma de vivir mostrar todo lo contrario. No tengas doble ánimo porque entonces serás inconstante y no serás capaz de mantener el orden en tu vida; la falta de orden muestra una persona sin propósito, vacía, confundida, que vive en un constante conflicto, frustrado-da porque no es capaz de mantener la dirección sabia.

Sencillamente donde hay desorden, hay caos y tinieblas.

Porque aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante en espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.

Colosenses 2:5

Lourdes Diaz – España

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