DAR…

La naturaleza humana tiene algunas complejidades notables y casi todas ellas relacionadas con el deseo de poseer y con el miedo de perder.

Entre el afán y el temor los hombres nos debatimos sin encontrar el punto de equilibrio para no transformarnos en esclavos del dinero o en enfermos por el pánico a perderlo todo.

La ambición por lograr más y más dinero se transforma en algo obsesivo, rompiendo el avaraequilibrio interior tan necesario para vivir con alegría y sin dudas por el futuro.

Jesús nos dejó una lección de grandiosa sabiduría sobre esta cuestión: Es mejor dar que recibir… Frente a esta maravillosa afirmación, habrá quién se haga preguntas sobre por qué habría de dar más de lo que recibe.

Simplemente porque todo lo que tenemos no nos pertenece, sino que pertenece a Dios quién es el que nos concede aquello que asumimos como de nuestra propiedad.

Y nos podemos preguntar: Por qué los ricos reciben mucho y los pobres tan poco? La respuesta está relacionada con la Verdad que nos recuerda que quienes más reciban más tendrán que responder  de lo que han hecho.

Nunca olvidemos que es mejor dar que recibir. Es un principio espiritual que nos aleja del temor de perder lo que tenemos y nos acerca al corazón de Jesús.

Lucas 18:29-30
Diego Acosta García

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