EL AFÁN

Tenemos tendencia a confundir el interés y la voluntad de trabajar con el afán, tal vez porque la diferencia entre unas actitudes y otra sea muy sutil casi imperceptible.

Es bueno que aprendamos a distinguir aquello que define nuestra capacidad de poner todo nuestro empeño en un fin determinado, a lo que significa el afán.

El afán por definición es entregarse a una actividad con todo interés, y también puede agregarse para ampliar el concepto cuando hacemos algo de manera excesiva y penosa.

Podríamos decir que el afán es confiar plenamente en nuestras fuerzas, en nuestra capacidad basándonos en el orgullo y la vanidad y en el desafío que hacemos a los demás por nuestros logros.

Pero que significa el afán espiritualmente? Desde luego que el afán por las razones expuestas no es bueno para nuestras vidas, porque nos aleja de los principios que Dios ha establecido.

En qué sentido nos aleja? Ponemos distancias con Dios cuando confiamos en nosotros mismos haciendo apología de la doctrina humanista y no aceptamos que Dios es el Señor de nuestras vidas.

Debemos recordar que Él siempre estará a nuestro lado, precisamente para que no nos afanemos en nuestros vanos esfuerzos y aprendamos a confiar en que Él es el proveedor en todos los sentidos.

Desterremos toda forma de afán y aprendamos a vivir cogidos de la mano del Señor.

Marcos 4:19

Diego Acosta García

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