EL NOMBRE

En una clase de escuela dominical una joven maestra explicaba que Dios había creado todo lo que veíamos, nos había creado a cada uno de nosotros y nos consideraba sus joyas más preciosas.

Una niña muy seria le preguntó: Entonces si Dios me quiere, por qué tengo un nombre tan feo? La maestra le comentó: De verdad te parece feo tu nombre, porque a mí me parece muy bonito.

La niña insistió: Pues a mí no me parece bonito y no me gusta…La joven maestra recordó que al lado de su clase estaba la fundadora de la escuelita y en un acto de humildad decidió pedirle ayuda.

La señora enterada de la situación, se dirigió a la niña: Así que no te gusta tu nombre? No señora, le respondió categóricamente. Entonces la señora le hizo un comentario muy especial, para explicarle lo que significaba aceptar.

Escucha amada niña, es posible que a ti no te guste tu nombre, pero si tu sabes que Dios nos ha creado a todos, no te parece que a Dios también le gusta tu nombre? La niña sonrió y aceptó por primera vez el nombre con el que se la identificaba.

Génesis 5:2
Diego Acosta García

 

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