EL PEQUEÑO TESORO

Un domingo por la tarde la hija menor de una familia le comentó a su madre que cuando estaba en la escuela dominical había encontrado un tesoro.

La madre sonrió y esperó que la niña continuara con la historia. Dijo que cuando la maestra les estaba explicando la Biblia, escuchó un versículo que comprendió inmediatamente.

Y que ese versículo la había causado una gran impresión, por lo que entendió que era un pequeño tesoro que Jesús había puesto en su vida para que la acompañara.

La madre la abrazó emocionada porque sabía que la historia tenía un profundo contenido espiritual y también porque comprendía que su hija a pesar de su edad estaba creciendo en los caminos del Señor.

Esta pequeña historia nos debería hacer reflexionar acerca de la necesidad de ayudar y de estimular a nuestros hijos a que busquen en la Biblia sus inmensos tesoros.

Esos tesoros, que para muchos están ocultos, pero, que por la gracia se abren ante los corazones dispuestos a recibirlos con sencillez y también con agradecimiento.

La vida espiritual de los hijos es una gran responsabilidad, es un mandato indeclinable que recibimos cuando el Señor nos concedió el maravilloso presente de ser padres.

Filipenses 4:7
Diego Acosta García

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