ESCUCHEMOS… SOLAMENTE ESCUCHEMOS

En el fragor de nuestra vida estamos inundados por toda clase de ruidos, de palabras, de sonidos, de voces confusas, que nos llevan a una especia de aturdimiento y distracción.

Con ese fragor nos volvemos insensibles a las palabras que deberíamos escuchar y de tanto escuchar lo que no debemos, nos convertimos en nuestros propios oidores.

No hay palabra más importante que la nuestra, nos agrada escuchar voz porque la mayoría de las veces solamente nos dice lo que nos gusta oír, sin reprensiones y siempre justificándonos.

Así vivimos días tras días, alejándonos por completo de las enseñanzas que recibimos, de las palabras sabias que en algún momento nos fueron  dadas como mensaje.

La dimensión espiritual comienza a carecer de sentido, porque solamente nos rodeamos del ruido que ahoga el silencio y que ensombrece nuestro entendimiento.

No dejamos ninguna oportunidad para escuchar al Dios que nos rescató, al Dios que por misericordia nos llamó a su lado, al Dios que siempre tiene memoria de nuestro nombre.

Debemos dar un paso de firmeza para abandonar esta forma de vivir. Escuchar la Palabra de Dios cada día es lo más importante que debemos hacer para que nuestras vidas sean transformadas y llenas del Espíritu, porque para eso fuimos creados.

Proverbios 1:33

Diego Acosta García

Deja una respuesta