ISRAEL: CUESTIÓN DE DIOS

Es notable como a lo largo de la historia siempre hubo hombres que trataron de dominar, sojuzgar e incluso de imaginaron que podían hacer desaparecer de la faz de la tierra al Pueblo de Dios. Y también es notable como los hombres nunca entendieron ni tampoco aceptaron que en estas circunstancias hay una inexorabilidad que no está al alcance de la voluntad humana.

Solamente Dios es quién toma determinaciones sobre su Pueblo. Por esta razón deberíamos los hombres de este tiempo aprender las lecciones del pasado y entender que  si no aceptamos esta realidad tampoco seremos capaces de valorarla en toda su magnitud.
Desde siempre hubo quienes intentaron hacer desaparecer a Israel, a su pueblo y a su memoria y desde siempre todos estos intentos fracasaron uno tras otro.

Por esta razón cuando se ha iniciado el trámite dereconocimiento del estado de Palestina debemos de tener presente, que nada pueden hacer los hombres ante las decisiones de Dios.
Cuando el Templo de Jerusalén fue destruido en el año 70 desapareció el último símbolo de Israel y de su seña de entidad espiritual.

Han pasado más de 1.900 años y los historia de los hebreos es un largo y muchas veces penoso éxodo cuando no persecuciones y muertes.

Las Naciones Unidas deben hacer respetar primero el pleno derecho de uno de sus Estados miembros en contra de las continuas agresiones que sufre, ejerciendo por tanto el legítimo derecho a la defensa. Entonces y solo entonces podrán los hombres buscar una solución al estado palestino.

Desde 1.948 Israel ha debido enfrentarse a sus agresores en seis guerras ganadas ante enemigos notablemente más numerosos y con el férreo propósito de hacer desaparecer a los hebreos. Estas seis guerras demuestran que Dios cuida de su pueblo?

Las circunstancias nos acercan a los tiempos del Séptimo Milenio. Desde 1.948 luego de casi 1.900 años los judíos recuperaron su Estado, desde 1.967 recuperaron el pleno poder sobre la indivisa Jerusalén y desde la guerra de ese año también recuperaron parte de la Tierra Prometida.

Israel, es cuestión de Dios. Recordamos para propios y extraños la profecía formulada hace alrededor de 2.800 años: Pero Judá será habitada para siempre, y Jerusalén por generación y generación.

Diego Acosta García

Deja una respuesta